Cataluña y España

   

   España se encuentra inmersa en una grave crisis política desde hace varios años. En estos momentos los acontecimientos que se están viviendo en Cataluña convierten a esta comunidad autónoma en el epicentro de una nueva fase más crítica dentro de un proceso de debilitamiento general del sistema político español. El punto de partida de esta situación se encuentra en la crisis de la deuda que comenzó en 2010 y alcanzó su momento crítico en 2012 cuando España estuvo a punto de ser intervenida y se vio obligada solicitar ayudas a la Unión Europea para posibilitar el rescate de la banca, mayoritariamente de las antiguas cajas de ahorros. Un año antes de esta intervención en las principales plazas de las ciudades españolas tuvo su desarrollo el movimiento del “15 M”, que criticaba abiertamente el sistema político y achacaba gran parte de las culpas a los partidos tradicionales; lo que se convirtió en una consecuencia social de la crisis.

   Las tensiones terminaron por afectar al sistema político, en concreto a los propios partidos políticos. En el congreso entraron con fuerza dos nuevas formaciones, Ciudadanos y Podemos, que debilitaban el papel de las tradicionales, Populares y Socialistas, convirtiendo la formación de gobiernos y el establecimiento de mayorías en el parlamento en un proceso largo y complejo.

   Mientras el sistema de partidos entraba en crisis el conflicto en Cataluña ha empezado a alcanzar una mayor dimensión hasta llevar al Estado también a una de las mayores crisis, sino la mayor, desde la aprobación de la constitución en 1978. Entre los años 2011 y 2012 comenzó a gestarse el movimiento independentista que estamos viviendo; un nacimiento paralelo a la aparición del movimiento del 15 M, una de cuyas manifestaciones fue la constitución de la Asamblea Nacional Catalana en 2012. Precisamente este último año tiene lugar la primera de la Diadas multitudinarias, se estimó en más de 600.000 asistentes, que han venido celebrándose desde entonces.

   El independentismo se convirtió desde ese momento en la bandera de los gobiernos de la Generalitat que Artur Mas presidía desde 2010, iniciándose un autentico pulso con el gobierno español. El partido de Artur Mas, Convergencia Democrática de Cataluña, evolucionó de un nacionalismo moderado a la abierta reivindicación de la independencia, en ello tuvieron el apoyo de Esquerra Republicana de Cataluña que ya se había identificado con en independentismo unos años antes. La reivindicación independentista pasó a ser el principal argumento político en Cataluña planteado a través de la exigencia al Estado de un referéndum que permitiera acceder a la ansiada independencia. El referéndum por la independencia de Escocia, autorizado por Gran Bretaña, y celebrado en 2014 parecía mostrar el camino a los independentistas catalanes. Ante la negativa del Estado Español en noviembre de 2014 se realizó una movilización con apariencia de referéndum de autodeterminación. El fracaso de esta actuación condujo a unas nuevas elecciones autonómicas en 2015, planteadas como plebiscitarias, en las que los partidarios de la independencia obtuvieron una mayoría de escaños en el parlamento autonómico catalán, aunque un porcentaje de votos inferior a la mitad. Se formó un nuevo gobierno de la Generalitat presidido por Carles Puigdemont con consejeros de Junts pel Sí, una coalición entre los antiguos convergentes y los republicanos, ahora decididos a alcanzar la independencia. La lucha de los catalanes por el ansiado referéndum con el gobierno de la nación que lo rechaza ha llevado a un nuevo proceso participativo el 1 de Octubre de este año de 2017, sin validez como referéndum, e idéntico al de 2014, que aboca a los independentistas en coherencia con su discurso de los últimos años a una declaración unilateral o a reiniciar un nuevo ciclo electoral.

   Las llamadas al dialogo son un brindis al sol, puesto que la postura de la Generalitat no tiene encaje en el marco legal español. No es posible un acuerdo que satisfaga a ambas partes. La aparentemente inocua petición de un referéndum implica convertir a Cataluña en un cuerpo electoral soberano y por lo tanto significa otorgar la independencia en realidad. Una vez permitido el referéndum, aunque saliera el no, este siempre se puede repetir en el futuro hasta obtener la deseada respuesta afirmativa puesto que ya existe un precedente y está reconocido el cuerpo electoral. Todo parece indicar que en los días anteriores al 1 de Octubre la Generalitat ha empezado a perder el control del proceso independentista, algo que trató de dirigir Artur Mas en su provecho; retornando la iniciativa a las masas y asociaciones sociales de donde salió en el ya lejano 2012, haciendo más imprevisibles los acontecimientos futuros.

   Mientras, en Cataluña existen millones de personas que quieren permanecer en España, se sienten preocupadas y consideran que sus derechos pueden no estar defendidos en un Estado Catalan Independiente. La crisis mayor que atraviesa nuestro país en las últimas décadas y que nos retrotrae a los dramáticos años de la Guerra Civil está es su momento álgido a la hora de escribir estas palabras. No se puede presentar aislada de los acontecimientos de los últimos años y puede que aún tenga más episodios en los próximos.

Acerca de Alfredo Medina Saiz

Estudié en la Universidad de Cantabria. En la actualidad soy profesor de Geografía e Historia en un Instituto de Santander.
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2 respuestas a Cataluña y España

  1. Elena dijo:

    En otras entradas de tu blog has hablado de otros fenómenos nacionalistas dentro de Europa. No sé si algunos de ellos, para revivindicarse como Estados independientes, saltaron por encima de la legalidad constitucional como es el caso de Cataluña. Pero me gustaria saber, si, independientemente de si han sido o no legales, las otras proclamas independentistas europeas encontraban su apoyo en acontecimientos históricos del pasado. Si es así, me gustaría que me citaras algún ejemplo. Gracias.

    • Hay múltiples casos de declaraciones de independencia, un ejemplo es la de los turco chipriotas que no están reconocidos por nadie pero desde el punto de vista étnico o religioso no son griegos. En este caso la situación está enquistada desde hace cuarenta años. La Unión europea ha incluido a Chipre en su seno pero su gobierno no controla toda la isla. Un saludo, muchas gracias por tu comentario.

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